lunes, 27 de abril de 2009

analisis y exegesis de los salmos 61 y 131

SALMO 61(60)

I. ANÁLISIS LITERARIO.

Género y situación del orante.

El Salmo 61 es una súplica individual y una oración por el rey que termina en un propósito de alabanza y fidelidad.

¿Quién es el orante? El salmo nos revela a un levita que no encuentra su sitio fuera de la tierra santificada por la presencia de YHWH. En su exilio parece que está hostigado por enemigos, por eso “ora por si”[1], y en su mentalidad teocrática, pide a su Dios que proteja a su rey, estrechamente ligado a su suerte y de su pueblo elegido.

¿Cómo es su oración? Su oración es confiada y filial, pero llena del sello de la melancolía del destierro. Los atributos de Dios, su experiencia del pasado y las promesas divinas sobre los destinos de Israel, le dan fe para mantener ilusiones sobre su porvenir y el de su pueblo, en el que se hará posible la comunión íntima y espiritual con su Dios.

Campo simbólico y Relación temporal.

Símiles.

a. Roca. Allí esta la roca de Sión en la que se sienta la casa de Dios. El yahvista exiliado cree que a la sombra de este encontrará su reposo (v. 3c) en los salmos es común llamar a Dios roca de salvación. Porque ella protege de sus enemigos.

b. Torre fortificada. Con un nuevo símil el salmista destaca el carácter protector de YHWH, roca fortificada desde la que pide hacer frente a los enemigos. El salmista tiene experiencia personal de protección, por eso recurre a dios como único y seguro refugio.

c. Tabernáculo, es Sion o el templo morada de YHWH.

d. Alas. Símil que designa el protectorado de YHWH. En el que el orante se siente como el polluelo bajo las alas de su madre.

e. Tienda. Lugar donde habita Dios.

Relación temporal.

En la dimensión temporal notamos la delicada correspondencia de una duración perpetua, hiperbólica referida a la larga vida del rey (61,7) siempre en presencia de Dios (61,8). Y una cotidiana, realista, día a día referida al culto en el templo (61,5).

Estructura y temática.

Es de estructura binaria[2].
· Ansias de retorno a la tierra de YHWH (1-5).

El salmista se siente lejos del santuario de Dios y desde el confín de la tierra, lanza su grito de axilio hacia él, lejos de Jerusalén, la cuidad santa morada de YHWH. Lugar al cual desea volver como los desterrados del salmo 42, 43 y 65. Su situación es de lejanía geográficamente, y de abatimiento espiritual. “Además el enemigo lo amenaza (Sal 61,4) _ por eso_ suplica a Dios dos cosas, que lo proteja y que acoja en su templo, la tienda de Dios”[3]

Dios es, confiesa el salmista, su refugio (Sal 62, 3.7-9) por eso, confia plenamente en él. Su confianza se basa en dos razones que el autor asume como motivos de persuasión para forzar su intervención y para reforzar la súplica (61, 4 y 6). Confiesa que Dios es refugio y le concede lo que le pide, sobretodo, si el que lo pide es alguien que honra al señor. En ese caso, lo que Dios le da, lo considera herencia, que recibe en recompensa, por venerar al Señor.

· Suplica del rey y promesa de acción de gracias (6-9)

La situación psicológica del salmista. El momento de angustia que ha pasado y ahora puede disfrutar de su heredad o tierra prometida, en la que viven todos los que temen el nombre de jhwh. “Lleno de euforia se considera ya restablecido en la sociedad israelita, _acogido_ por el rey representante de YHWH ”[4], para el que pide de manera hiperbólica larga vida, largísima, casi sobrehumana y un reinado estable y prospero bajo la protección de Dios, sostenido y amparado por su amor y fidelidad (Sal 72); ya que su vida está vinculada a la vida con el destino de su pueblo.

· Estructura por versículos[5].
V.2-3 Oración de un suplicante próximo a la muerte.
V.4-6 Confianza en Dios que escucha la oración.
V.7-8 Oración pidiendo una vida y un reinado largo para el rey.
V.9 Nota conclusiva de alabanza.


II. EXÉGESIS Y REFLEXIÓN TEOLÓGICA.
V.2-3b. Hasta aquí dios se hace el sordo a las súplicas del salmista que la dirige desde el rincón de la tierra santa, donde está desterrado. Que Dios le oiga, pues su valor, su fe en Dios comienzan a desfallecer. Ya que “desde el reino de la muerte no se invoca ni se llama a Dios”[6].

V.3c-4. Su oración solicita el retorno a la roca, al refugio rocoso del monte Sion en el que está construido el templo. Yhwh es su único refugio, el único baluarte, el único fuerte, en hebreo migdal[7] (Prov 18,10) contra los enemigos, único recurso en su destierro.

V.5-6. Como ministro que ha sido brutalmente separado del templo, aspira a ser nuevamente acogido por Dios como huésped en su tienda. Este habitar en su tienda, “puede estar tomado del Salmo 15, 1 que muchos llaman liturgia de entrada. Y que señala las condiciones para ser admitido. El orante aquí no aduce más condiciones que su necesidad y su confianza ”[8] en YHWH. Es en esta tienda, templo, o morada de Dios, el huésped se beneficiará de la protección y el l amparo de sus alas, “como una gallina a sus polluelos”[9]. No obstante, esta morada está reservada a quienes temen su nombre y a quienes le sirven con fidelidad. Siendo conciente de esto el triste salmista en el versículo 6 se cree que ha sido escuchado por YHWH, porque él teme su nombre y le sirve con fidelidad, por eso espera la recompensa de su Dios por venerarlo siempre.

V.7-8. El orante ahora ruega por el rey, pidiendo a Dios aunque de manera convencional e hiperbólica que le conceda larga vida. Esta petición “supone que el rey vive y reina _hoy_ y la comunidad lo reconoce como soberano por la gracia de Dios”[10]. De ahí que el verbo ysb tiene en este contexto el valor de reinar, de sentarse en el trono definitivo, que Dios garantiza. Y el verbo lwlm significa simplemente continuidad de la promesa davídica.

V.9. El orante aquí hace la promesa, que por la gracia de volver al templo, él, estará alabando siempre a YHWH su dios que lo ha librado y que lo ha protegido.

III. CONTEXTO CRISTIANO

En el contexto cristiano este salmo tiene una actualización en los textos de Hb 11,13; 2Cor 5,6; Ef 2,19.27. Remarcando en especial el “hospedarse en la tienda de Dios”, el de la comunidad consagrada al altísimo y el del mesianismo de real de Cristo.


SALMO 131 (130)

I. ANÁLISIS LITERARIO.

Género y situación del orante.

El salmo 131 es un salmo de confianza individual que se abre a la comunidad. Es uno de los más intimistas del salterio. “Es una miniatura lírica que expresa la confianza con una antítesis y una comparación: ambos se condicionan e intensifican mutuamente, como el Salmo 8 el contrario del soberbio es el niño”[11], mientras el soberbio es autosuficiente, el niño se pega al regazo de su madre conservando su condición.

¿Quién es el orante y cómo es su oración? Es un alma religiosa y humilde que se entrega sin pretensiones a los caminos secretos de la providencia divina. Adopta la actitud de un niño en el regazo de su madre. Conoce sus propias limitaciones. No pretende grandezas que sobrepasan su capacidad. Y finalmente termina su oración deseando “…que Israel tenga este espíritu de confianza absoluta en su Dios, aceptando sumiso sus misteriosos designios históricos…”[12].

Desdoblamiento psicológico del orante.

El salmo propone una serie personal: corazón- ojos-pies- nps. Arranca del interior, de la sede de los pensamientos, planes y decisiones (leb). “Sube a los ojos, órganos que se abren al mundo, lo acepta y evalúa, órgano también de expresión de afecto. Baja a los pies, implícitos en el caminar/proceder: simboliza una conducta cuya figura se va trazando, una acción con finalidad, y concluye en nps, palabra de múltiples significados”[13]

Este salmo, también expresa el desdoblamiento interior de la introspección. En el que el “yo” es sujeto y objeto, “yo mi”: “el orante mira hacia sí y comunica a otro, al Señor lo que descubre; mira hacia adentro y controla al yo/mi objeto. El yo superior, el que pronuncia el salmo, es un observador…, que penetra en su corazón, es capaz de ver sus ojos, dirige sus pasos calma una agitación peligrosa”.[14]

Esta visión de su yo hace jurar al orante ante Dios de su introspección sincera frente a él. Se dirige a Dios y le habla de su humildad y de su falta de ambición. Conoce sus propios límites, renuncia a aspiraciones desmedidas y no persigue cosas grandiosas. El Señor es en quien descansa sus ansias, Dios y su salvación es lo único que vale perseguir. Por eso, se dice que el orante lo único que encierra en su ser es un profundo sentir religioso centrado en su Señor (YHWH).

La Comparación del Niño.

“Como un niño en descansando en el regazo de su madre” es la imagen que el salmista se vale para transmitirnos el estado de ánimo del orante y su actitud religiosa. Sin embargo, hay que aclarar que la comparación según Schökel no es teológica, sino psicológica que expresa filialidad maternal del hombre con su Dios. Sin duda este Salmo es testimonio de la maternidad divina.

II. EXÉGESIS Y REFLEXIÓN TEOLÓGICA.

V.1. Ya el corazón (el Espíritu) del salmista no se hincha más de orgullo. Rechaza toda pretensión de independencia, toda idea que minusvalore[15] a Dios, su ley, su apoyo benevolente. Sus ojos no son altivos. Ya no tiene la ambición de hacerse la vida según su ley, sin recurrir a YHWH. Ya no cabe en él la locura de emprender obras que sobrepasan sus fuerzas. Esta actitud, de condena a la soberbia, nos recuerda muy bien los sapienciales, por ejemplo: Prov 16,18-19.30,13. También Ben Sirá dice: “que la soberbia es odiar a Dios y a los hombres”(Eclo 10,6-18), pero la mas importante condena se hace en Is 2,9-19[16].

V.2. ¡Que muera! Si tengo mi alma en paz y en silencio. Con estas palabras, el salmista, parece admitir que su alma ha sido agitada anteriormente por palabras íntimas, pensamientos ambiciosos, desdeñosos de Dios[17]. Jura ahora poner su alma ante Dios en silencio y en calma, jura renunciar delante de Dios a toda soberbia, todo pensamiento, a toda palabra interna preñada de orgullo. De ahora en adelante se hace el pequeño, humilde, silencioso, abandonado en las manos de Dios, como un niño se abandona a los brazos de su madre, consciente de su propia debilidad y de su necesidad de protección y amparo. Es en YHWH en el que se siente seguro, amado, sobre todo acogido.

V.3. La experiencia individual se amplia a la comunidad, pero “propone cuestiones graves: ¿Debe Israel aspirar a ser un gran imperio, económico político militar? ¿En que sentido ha de vivir la bendición de Dt 28,13: “que el Señor te ponga de cabeza y no de cola, que vayas siempre de más nunca a menos”?”[18] El salmista recomienda a Israel que rehuya toda confianza orgullosa y que se fíe de YHWH de modo humilde y confiado. Porque esa es la garantía de la salvación declarada por Dios a los profetas (Is 2,11-16; Sof 3,11-12).

III. CONTEXTO CRISTIANO

La predilección por los niños es tan frecuente en el evangelio (Mt 18,3-5). Y la doctrina de la humildad tan común en el Nuevo testamento especialmente en Mt 23, 12; Lc 14,11;18,14, demuestra que todo aquél que se humille será enaltecido ante los ojos de Dios.

La postura del orante del salmo 131, expresa Jesús, porque en él no hay orgullo, no hay desprecio para con su Padre, no hay intento de prescindir de él para realizar su palabra. A su vez, como hijo de Dios, rechaza toda ambición de grandeza (Fil 2,7-8). Renuncia siempre a hacer su propia voluntad, su placer, o su alegría inmediata (Jn 5, 30; Rom 15,3) para hacer la de su Padre. Esta actitud de Jesús denota una estrecha relación con Dios (Padre), se parece al niño que se recuesta en los brazos de su madre, e invita al pueblo de Israel y todo cristiano seguir su ejemplo.


REFERENCIA BIBLIOGRÁFICA

AA.VV. Comentario al Antiguo Testamento. Tomo II. Segunda edición, Verbo Divino, 1998, Pág., 450

GARCIA CORDERO, Maximiliano; PÉREZ RODRÍGUEZ, Gabriel, Biblia comentada. Texto de Nacar Colunga. Libros Sapienciales. Madrid, Pág., 640-641.


GUICHOU, Pierre. Los salmos comentados por la Biblia. Sígueme, 1965.

SCHÖKEL Alonzo; CARNIT, Cecilia. Salmos I, Verbo Divino, Navarra, 1993

[1]GARCIA CORDERO, Maximiliano; PÉREZ RODRÍGUEZ, Gabriel, Biblia comentada. Texto de Nacar Colunga. Libros Sapienciales. Madrid, Pág., 640-641.
[2] SCHÖKEL Alonzo; CARNIT, Cecilia. Salmos I, Verbo Divino, Navarra, 1993, Pág., 818.
[3] GUICHOU, Pierre. Los salmos comentados por la Biblia. Sígueme, 1965, Pág., 283-286
[4] Ibid., Pág., 283-286
[5] AA.VV. Comentario al Antiguo Testamento. Tomo II. Segunda edición, Verbo Divino, 1998, Pág., 450
[6] SCHÖKEL Alonzo; CARNIT, Cecilia. Salmos I, Verbo Divino, Navarra, 1993, Pág., 819.
[7] Ibid., Pág., 820
[8] Ibid., Pág., 820
[9] GUICHOU, Pierre. Los salmos comentados por la Biblia. Sígueme, 1965, pág
[10] SCHÖKEL Alonzo; CARNIT, Cecilia. Salmos I, Verbo Divino, Navarra, 1993, Pág., 820.
[11] Ibid., Salmos II, Verbo Divino, Navarra, 1993, Pág., 1526.
[12] GARCIA CORDERO, Maximiliano; PÉREZ RODRÍGUEZ, Gabriel, Biblia comentada. Texto de Nacar Colunga. Libros Sapienciales. Madrid, Pág., 640-641.
[13] SCHÖKEL Alonzo; CARNIT, Cecilia. Salmos II, Verbo Divino, Navarra, 1993, Pág.,1526.
[14] Ibid., Pág., 1526-1527.
[15] GUICHOU, Pierre. Los salmos comentados por la Biblia. Sígueme, 1965, Pág.,615-616
[16] SCHÖKEL Alonzo; CARNIT, Cecilia. Salmos II, Verbo Divino, Navarra, 1993, Pág.,1528
[17] GUICHOU, Pierre. Los salmos comentados por la Biblia. Sígueme, 1965, Pág., 615-616

[18] SCHÖKEL Alonzo; CARNIT, Cecilia. Salmos II, Verbo Divino, Navarra, 1993, Pág.,1528

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